El pasado 11 y 12 de febrero la Fundación Educatio Imprimis lideró un encuentro formativo en Madrid para la Orden de los Franciscanos Menores.
Con el tema de “Identificar y acompañar las soledades de nuestras comunidades” se abordaron varios talleres con tres objetivos:
- Comprender y reflexionar sobre las múltiples soledades de nuestras comunidades
- Tomar conciencia de los desafíos que debemos afrontar, con corresponsabilidad, para detectar y atender estas realidades.
- Identificar y poner en práctica herramientas que nos permitan favorecer el encuentro fraterno y acompañar estas soledades
Es cierto que la soledad es una experiencia muy humana y a la vez tremendamente subjetiva, cargada de matices, vivencias, etapas y rostros. Hay soledades en todas las vidas y pueden ser experiencias muy diferentes; pero es importante distinguir las soledades buscadas, muy fecundas, de aquellas otras muy dolorosas, que nos hacen sentir insignificantes, nos vuelven egoístas o nos llevan al sinsentido y a la desesperanza. A estas últimas hay que atenderlas antes de que provoquen importantes daños físicos y emocionales.
La vida religiosa no está exenta de estas soledades que muerden, que no se desean. Muchas veces nos quedamos como paralizados, a distancia del hermano o hermana que parece que sufre, por temor o pudor a invadir su libertad, por no saber cómo actuar o por no saber diferenciar cuando hay patologías que hay que derivar.
Por eso es muy importante aprender a detectar los síntomas que nos deben poner en alerta y, también, saber cómo atenderlas debidamente, por lo menos en un primer momento. Hay que tener en cuenta que nuestras comunidades pueden ser la principal fuente de apoyo para atender o acompañar estas soledades que hieren, pero también pueden ser causa generadora de dicha soledad.
Fue un encuentro que resultó muy “útil y satisfactorio”, tal como indican las encuestas de evaluación y, sobre todo, dinámico y muy rico por las aportaciones de todos en los trabajos en grupo.